A
la Imagen de Cristo
Colosenses 3:8-11
“¿Es Ud. un Hijo de Dios, o
sólo un religioso?”
Parte II
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.” Juan 3:1-7
“¡Que sorprendente conversación!” Por un lado tenemos un líder religioso y maestro de Israel llamado Nicodemo. Por el otro lado tenemos al mas grande maestro que jamás haya andado en este mundo, Jesucristo, el Hijo de Dios. Lo asombroso no es sólo la conversación en sí misma, sino la persona a quien Jesús dirige Sus palabras, Nicodemo. Sería una cosa decir esta palabras a un vil y malvado pecador que ni siquiera conoce a Dios, cuyo único deseo en la vida es perseguir los placeres del pecado, ¡pero no decir esta palabras a Nicodemo! Aquí estaba un hombre nacido de simiente de Abraham y debidamente circuncidado (un hijo del pacto). El era un hombre piadoso quien dedicaba su vida a su religión. El casi ni podía recordar cual fué la primera vez que asistió a la sinagoga, la primera vez que oró, la primera vez que leyó la Palabra de Dios o algunas otras actividades que se habían convertido en el foco de su vida. No solo era Nicodemo un hombre muy religioso, el tambien era instruído, un maestro espiritual y líder de los Judíos, uno que buscaba ayudar a otros. ¡Detengase a pensarlo! Jesús estaba diciendo a una de las mas devotas personas religiosas en el mundo que él ni vería ni entraría al reino de Dios si no nacía de nuevo.
Si alguien más dijera estas palabras a Nicodemo, el probablemente solo se hubiera reído e ido por su feliz camino, pero este no era solo alguien mas que le hablaba, era Dios mismo. Nicodemo ya había aceptado a Jesús como un maestro que venía de Dios; cuán terrible entonces estas palabras debían haber sido para él.
Aquí estaba un divino maestro enviado a decirle que con todo lo que el había logrado y era, con todo lo que sabía y con todos aquellos que él había enseñado, él todavía estaba fuera del reino de Dios. Religioso, sí, ¡pero perdido!
Hay muchos en este mundo que son justo como Nicodemo. He preguntado a muchos pastores en los últimos años como una persona se vuelve un hijo de Dios.
Esta es una muy simple pregunta con una simple respuesta que cualquiera que enseña la Palabra de Dios debería saber. Aún así, fuí sorprendido con las respuestas que recibí. Pregunté a un pastor, “¿cuándo se convirtió en un hijo de Dios?” Su respuesta fue: “yo nací de padres del pacto y bautizado de niño”. (Aunque la Biblia enseña que genealogías y bautismo no tienen nada que ver con salvación.) Pregunté a otro pastor acerca de ser nacido de nuevo y él me respondió que su experiencia de nuevo nacimiento fué cuando el tenía dos años de edad (bastante joven para creer en su corazón y profesar con su boca). El dijo que su maestra de escuela dominical ponía de pie a cada niño en una silla cerca de un interruptor de luz y los hacía encender la luz a medida que decían el versículo que dice: “Dios es luz”. El dijo que cuando su turno llegó algo mas que encenderse la luz pasó, y esto fué su “experiencia de nuevo nacimiento”. (Dios no enciende algo dentro de nosotros; Él envía Su propio Espítritu a morar en nosotros.) Otro me dijo que siempre ha sido un hijo de Dios aún antes de la creación, aún así no pudo decirme cuando era un hijo de ira, aunque la Palabra de Dios declara que todos los santos una vez eran hijos de ira como los demás (Efesios 2:1-3). La esposa de un pastor le dijo a un amigo mío que ella se convirtió en una hija de Dios cuando estaba en el vientre de su madre (otra vez, cuando aún no conocía el Evangelio ni era capaz de creer en el corazón y confesar con la boca).
Yo no sólo estaba asombrado por las respuestas que recibí de estos pastores, sino tambien entristecido. Si estos hombres, que supuestamente son pastores de la manada, no tienen ni idea de cómo una persona puede convertirse en un hijo de Dios, ¿qué esperanza hay para aquellos que se sientan bajo sus ministerios? Muchos de los líderes espirituales de hoy están cometiendo mal práctica espiritual de la peor clase, simplemente porque no entienden el plan de Dios para salvación el cual requiere que una persona nazca de nuevo para poder ver y entrar al reino de los cielos.
Algún día estos líderes espirituales tendrán que dar cuenta a Dios por todas las almas bajo su cuidado que ellos han guiado mal, y me temo que ese día no será uno muy placentero para ellos. Mateo 23 registra algunos de las mas fuertes reprensiones que el Señor jamás habló. Un punto importante de hacer notar en este capítulo es que aquellos que están siendo reprendidos no son personas comunes, ni pecadores que no tienen conocimiento de Dios, sino son los líderes religiosos que deberían conocer a Dios. En los versos 13 & 15 leemos:
“¡Mas ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando”. Mateo 23:13
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.” Mateo 23:15
Querido amigo, sea un líder religioso o no, quizá usted tenga mucho en común con Nicodemo. Puede ser que usted tampoco pueda recordar la primera vez que fué a la iglesia, la primera vez que oró o leyó la Palabra de Dios. Quizás sea muy activo en religión y cosas espirituales como era Nicodemo, tal vez aún sea un maestro. Quizás haya sido un buen miembro de la iglesia toda su vida. Usted aún puede haber profesado ser nacido de padres del pacto y bautizado. Aún así, si nunca ha nacido de nuevo, nunca verá ni entrará al reino de Dios. No se desanime, aún hay esperanza para usted. El nuevo nacimiento espiritual toma lugar en una persona cuando, habiendo oído el Evangelio, se arrepiente y cree, y en fe clama al nombre del Señor para ser salvo (Romanos 10:9-13). El Señor Jesús lo resumió a Nicodemo en Juan 3:16.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16
Amigo, si usted nunca ha
nacido de nuevo, toda la membresía de la iglesia y actividades religiosas del
mundo no le ayudarán en el día del juicio. En realidad, esto le condenará en
un futuro delante de Dios (Romanos 4:4) La Palabra de Dios declara: “Hoy es
el día de Salvación” (2 Corintios 6:2). No cuente con el lujo del mañana. Arrepiéntase
y crea en el Evangelio. Clame al nombre del Señor ahora, mientras todavía haya
tiempo para salvarse.
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